sábado, 8 de noviembre de 2008

Liturgia papal


Entrevista con el Maestro de Ceremonias de las Celebraciones Liturgicas del Romano Pontífice, Monseñor Guido Marini. Fuente y Traducción de Secretum Meum Mihi.

Monseñor Marini, ¿Cómo describiría Usted el estilo litúrgico del Papa Benedicto?

Esa no es una pregunta fácil, porque el estilo litúrgico, comprende tanto la dimensión exterior y la interior de la celebración —y por supuesto, el respectivo entendimiento de los que es la liturgia.Creo que el estilo litúrgico del Papa Benedicto destaca tanto la sobriedad propia que ha caracterizado siempre a la liturgia Romana, así como el sentido del misterio y lo sagrado.Y luego veo un fuerte volverse hacia el Señor, quien después de todo está presente en cada momento de la celebración.[…]
En el centro de cada servicio no está el sacerdote, y eso significa ni siquiera el Papa, sino Cristo resucitado. Ahora los críticos dicen que algunos de estos nuevos elementos distraen a los fieles en lugar de ayudarlos a focalizarlos en lo esencial. Todo el oro y el terciopelo era demasiado conspicuo, es decir, instrumentos litúrgicos y vestidos diseñados muy simplemente harían al celebrante prácticamente invisible, sería mejor. ¿Cuál es su posición sobre esto?
No creo que estos elementos distraigan. Por supuesto, se debe tener cuidado de que el Señor permanezca en el centro. El peligro de la distracción siempre está allí, y entonces se necesita una educación que siempre guíe al centro. Pero todo en la liturgia, también en sus detalles, lo cual tenga belleza, armonía y esplendor, no distrae del misterio de Dios, sino que casi ayuda a encontrarlo, quien es la Belleza infinita.


¿En qué medida el propio Papa Benedicto sugirió cambios en sus celbraciones? ¿O es Usted quien se las propone?

Para decir la verdad: En este momento en que tuve la gracia de estar cerca del Santo Padre, no es como que Yo cada vez reciba instrucciones. Se trata más bien de una conversación, un intercambio de puntos de vista, una cooperación. Por mi parte, trato de proponer y presentar elementos litúrgicos al Papa. Él pesa los pros y los contras, expresa su punto de vista y da una orientación, que entonces, obviamente sigo. Usted mencionó algunas “innovaciones” en comillas, en la liturgia. Por ejemplo, la Comunión: Quién la recibe de manos del Papa, la recibe de rodillas. Esta propuesta la ha planteado el Santo Padre y ha dado instrucciones al respecto.[…]


En Julio de 2007 el Papa Benedicto XVI publicó su Motu Proprio Summorum Pontificum que permite un nuevo uso mas amplio de la forma “extraordinaria” del Rito Romano para la celebración de la Misa. ¿Cuáles son, a su modo ver, los puntos fuertes de la “Antigua Misa”?

Ella tiene en sí misma toda la fuerza de la Tradición de la Iglesia. Y logra comunicar el profundo sentido de lo Sagrado que es un Elemento esencial de toda celebración litúrgica.


¿Y los puntos fuertes de la forma “ordinaria”?

Creo que el interés mayor de la reforma litúrgica realizada por Paulo VI era liberar a la liturgia del polvo y las cenizas que se habían acumulado en ella en el transcurso del tiempo.Desde es punto de vista, esta reforma litúrgica ha sido una bendición para la Iglesia, un don del Señor que es conveniente acoger con gratitud. Ciertamente, si esta reforma, y esto ha pasado en algunos casos especiales, genera el abuso, la desfiguración, la traición de la gran tradición litúrgica de la Iglesia, entonces pierde su riqueza.


¿Que se puede hacer para favorecer en nuestras celebraciones el sentido del Misterio?

Creo que esto es el fruto de la comprensión de lo que la celebración litúrgica es, de lo que es el misterio que se celebra. Si realmente se da uno cuenta de que el protagonista es el Señor, es el misterio de su muerte y su resurrección, la renovación de la salvación para el mundo, es absolutamente imposible hacer caso omiso de la noción de lo sagrado. Por lo tanto, creo, es el retorno el corazón de la celebración.


Monseñor Marini, usted nació en 1965 y entonces bajo la reciente generación más joven de sacerdotes al servicio de la Santa Sede. En el momento de su ordenación en 1989, la reforma litúrgica ya se había hecho. Y hoy estamos presenciando en la Iglesia un nuevo debate en torno a este tema de la liturgia y, a menudo en tono bastante agresivo. ¿Cuál es su impresión sobre esto?

Cuando yo nací, fue el Concilio Vaticano II, especialmente la redacción de la Constitución “Sacrosanctum Concilium”. Lo que ahora se le denomina el “rito extraordinario”, no lo he experimentado directamente. Debo decir que me sorprendió encontrar estos aumentos de tono en el debate sobre la liturgia. También creo que la liturgia debe ser motivo de unidad y no de división. Pero también creo que se debe dejar de lado los puntos de vista ideológicos, y en su lugar escuchar humilde y atentamente lo que la Iglesia y la enseñanza del Papa tiene que decir sobre este punto, puede ser el regreso a la serenidad y la unidad. Es evidente que avanzamos —debemos avanzar siempre, nunca devolvernos—, pero sin perder de vista la gran tradición de la Iglesia. Esa es la razón por la que realmente deseo continuar con este desarrollo de la continuidad con la serenidad que ello requiere.

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